Sinapsis de un Tapicero

Ha nacido un profesional III and end



Hola.

Sólo han pasado nueve años desde mis primeros flirteos con las tijeras y la grapadora y parece ser que ya estoy preparado para afrontar  la oficialía. Para llegar a este punto sólo he tenido que cambiar de empresa y demostrar durante seis meses mi preparación.
Ahora sí, ya consta en nómina que soy oficial de primera y te sientes como un poco más reconocido… y ya está, tanto esperar para esto. Pero bueno, es lo mínimo que te mereces por saber de casi todo en tu oficio. Digo lo de casi todo porque a día de hoy aún sigo aprendiendo, no es de estudiar, pero este oficio se va renovando con nuevos tejidos que necesitan un tratamiento particular, nuevas densidades de goma, en definitiva, nuevos materiales que hacen que recicles tu forma de estirar y grapar para seguir perfilando las formas sin castañas ni tiros:
  1. Castañas: En el argot del tapicero profesional una “castaña” se denomina al bulto que se forma cuando no se tira uniformemente en un mismo tramo, viene a ser como la piel de naranja en los seres humanos. La pieza en la que se encuentran (normalmente más de una), se denomina como tal, una castaña.
  2. Tiros: Los antónimos de la castaña, en cierta forma, ya que se producen cuando la tensión del tejido es demasiada, formando un “tirón” que se extiende a lo largo de la trama del hilo. También aparecen cuando una patilla de la grapa, no atraviesa el hilo sino que lo embute en la madera, haciendo el mismo efecto. La pieza en la que se encuentran (normalmente más de uno), se denomina otra castaña.
También la piel de vacuno necesita tratamiento especial ya que no tiene ni trama de hilo, ni pies, ni cabeza, yo la considero como material vivo y como tal, necesita un tratamiento personalizado. Éste puede que sea el material que menos ha evolucionado con el tiempo: La vaca común y yo.
Dejando la vida animal para un próximo post: “Como curtirte las pieles tú mismo o en pareja”, hago mención del momento en que todo Tapicero se lo guisa y se lo come, hablo de las “ñapas”. Una dura afición que se practica para hacer sangre cuando abres un taller y donde, es una opinión personal, realmente se aprende a tapizar. Cuando uno se da a conocer y trabaja para tiendas, se va dejando para ocasiones especiales y para la familia, éste último es mi caso.

Sí, debo reconocer que en alguna ocasión me he visto remunerado por algún trabajito para las amigas de mi madre (…) y en otros ha servido de trueque por masaje (un abrazo para Mapi y otro para Alberto). Siempre me gustó lo de ir a echar el metro en casa de la clienta (…), calcular metraje de tela según sea de rayas, cuadros o lisas, gomas (…) y demás materiales, preparar el presupuesto y hacérselo llegar a la clienta (…), encargar telas, cortarlas y prepararlas para costura (aún recuerdo la máquina que heredó mi Madre con la que puse en práctica la teórica y que ahora tiene la Choni para los apaños), bajar el sofá por las escaleras haciendo malabares, desclavar a golpe de martillo y pincho para destripar al sujeto y dejarlo listo para restauración, es una forma de realización. Toda una epopeya oye.
Pues esto sólo es el primer paso de la faena que engloba el oficio en sí, luego está el saber donde y cuando utilizar las distintas densidades y grosores de la goma espuma, el tamaño de grapa según sea su uso, clavar tachuela sin echar a perder la madera vista, atar muelles, coser a punto escondido con aguja curva, tipos de hilo y liza y su porqué, las diferentes cinchetas elásticas que no sirven para lo mismo… vamos, cosas que sólo sabe un profesional, que para eso está. Te puedo asegurar que si eres informático sabrás más de computadoras que yo, y si no eres informático, casi con toda seguridad, también.
Resumiendo, que hasta hace dos días aún investigaba en como poner esto aquí para que quede así, o viceversa, en la empresa en la que llevo ya quince años y donde me he forjado como trabajador cualificado a cuenta ajena.
Un saludo.



4 comentarios :

  1. Oficial de primera..., que bien suena ¿eh Tapestry...?, suena a una meta conseguida, a unos conocimientos aplicados, a un saber hacer que por lo menos queda reconocido en esa nómina. Lastima que sobre tu banqueta de tapizar no puedas colgar titulos de esos que llenan los despachos de los profesionales liberales..., obviamente yo tampoco los puedo colgar..., y sin embargo los conocimientos estan ahí, en cada pieza terminada, en cada cliente satisfecho en cada perfil sin castañas ni tiros.
    Un abrazo Tapestry..., por cierto, me gusta tu prosa, en serio.

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  2. Hola Bicipalo.
    Cómo va eso?. Pues sí, todo un reconocimiento que se hacía de rogar una barbaridad y, que como bien dices, plasmamos en cada pieza que pasa por nuestras manos.
    A mí, particularmente, me gusta imaginarme la cara de los clientes cuando les llega la obra de arte al salón y lo que pueden llegar a presumir con las amistades. Aunque, seamos realistas, para el resto del mundo sólo es "...el sofá, que le hemos cambiado la tela".
    Un abrazo y gracias por tus palabras.

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  3. cuantas cosas por aprender eh?no acabas nunca,
    La tapiceria deberia ser olimpica.Tiene más disciplinas que algunos deportes.
    Me ha gustado mucho tu entrada.Un saludo.

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    Respuestas
    1. Hola Oscar.
      Me alegra que te haya gustado la entrada ;)
      Estoy contigo cuando dices de nombrar al tapizado modalidad olímpica, requiere un gran esfuerzo físico y mental amén de años de duro entrenamiento.
      Gracias por tus palabras.
      Un saludo.

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