Sinapsis de un Tapicero

¡Ojo con la grapa!

Hola.

Ya he comentado en entradas anteriores cuan fastidioso puede llegar a ser un golpe de grapa en los digitales, en un muslo… bueno, éste no lo había nombrado hasta ahora, pero tampoco es de vital importancia darle más cancha de la que se merece, ya que el único inconveniente que acarrea, es que es más difícil que se te caigan los pantalones.

Tampoco había nombrado cuando, inclinado hacia delante  mientras sueltas una carrera de grapas al respaldo, la camisa volandera se ve atrapada. Al darse esta circunstancia, normalmente el tapicero  no tiene a mano la pata de cabra para desclavársela por si mismo, por lo que, raudo por la posturita, clama ayuda de algún compañero que casi siempre suele ser el que más cerca está del infortunio. Hasta aquí todo normal, el tema se caldea cuando en esta pose acuden en tu ayuda un par o tres de compañeros y que da la casualidad de que son solteros sin cata de pelo desde un par de semanas. En esa tesitura incómoda e inconveniente, con el rabillo del ojo observas como se van posicionando a tu espalda con no sé que intenciones… aquí es cuando deseas haberte grapado los pantalones al muslo más que nunca.

No quiero hacer gala de ser el tapicero que más veces ha notado ese sudor caliente después de que la lengüeta de la pistola incruste el frío metal de las grapas en tu ego, porque sería poco cierto o mentira, la verdad es que hasta el día de hoy puedo decir que voy servido de reflejos, sobre todo cuando me iluminan la pelada frente, pero el porqué de éstos últimos también tendrán cabida en el apartado: “Tapizar también estresa”.

Andaba yo pensando en cualquier cosa o simplemente fui inconsciente un rato, el caso es que solté una grapa encima de otra y una chispa avisaba de la catástrofe. De las dos patillas que tiene una grapa, sólo una atravesó el pino, la otra se alojó en mi globo ocular sin dar tiempo ni a coger aire. El golpe fue tremendo, dolía más que un dolor más menor y sólo intentaba abrir los ojos por ver si había sangre o líquido viscoso, el cual sería premonitorio de pérdida de líquido viscoso, cosa chunga esta.

Pasados los minutos, que probablemente fueron uno o menos, conseguí mirar entre lágrimas que no había fugas y me dirigí al baño para realizarme un examen ocular, nunca mejor dicho. Ladeando el párpado inferior, asomó un trozo metálico que me recordó a la patilla de grapa desaparecida. No se había clavado, tan sólo rayó la córnea. Para regocijo de mi ser, tomó una trayectoria inclinada que fue determinante para no ser una trayectoria perpendicular al eje de mi cara, esto habría supuesto que la grapa se hubiese alojado, inexcusablemente, en la base de mi cerebro, haciendo que no sólo no pudiera mirar el teclado en estéreo, sino que me podría haber quedado escaso de pensamientos racionales.

Tras una semana de pomadas y “antiinflamatoriales”, acompañados de parche pegado a la ceja, hicieron de este desaguisado una bonita historia que jamás pensé pudiera hacerse pública en internet, cuando aún no sabía de su existencia, ni de que yo escribiría con unas teclas.

Un saludo.



2 comentarios :

  1. Pata de cabras, lengueta..., pero que palabras son esas...?, entonces, existen tapiceros capaces de amar su trabajo y ponerlo por escrito...?, cuanto me alegro...¡¡¡¡¡.
    Bueno, soy Bicipalo y me encanta este blog tuyo, sería el que se complementa con el mío..., por cierto, desde hece unos años son incapaz dde trabajar sin las gafas de protección, de hecho me pongo histerico si no las encuentro porque no puedo conectar ninguna maquina.
    Un abrazo y sigue amando tu trabajo..., nos hace sentir vivios.

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  2. Hola Bicipalo.
    Gracias por pasarte por aquí y dedicarme unas palabras.
    Creo que somos pocos los que trabajamos con pasión y es que no sé que tiene el olor de la madera, que enamora :)
    Que sepas que sigo los pasos de la flaca pero de lejos, que a estas alturas necesito ruedines otra vez.
    Bueno, que como de esqueletos sé lo justo, te citaré a menudo, que lo sepas compañero.
    Aquí tienes un tapicero para casi lo que sea.
    Un abrazo.

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