Hola.
Soy de la opinión que todo ser humano capacitado para trabajar, debería ser sometido a exámenes morfológicos que ayudarían a prevenir o predecir futuras enfermedades profesionales con el consiguiente beneficio empresarial, político y en último lugar y más importante, la salud y calidad de vida del individuo, pero inviable del todo, habrá que apechugar con lo que toque por no haber nacido ministro.
Ahora, me ciño al guión y dejando aparte opiniones personales intranscendentes, me gustaría dar a conocer a la artífice del famoso callo de tapicero que, ya no sé si es de estar orgulloso, todo profesional de la rama que se precie luce en su dedo corazón. Esta poco estética duricia con forma de callo, se aloja entre tarso y metatarso del dedo deformándolo inexorablemente debido al continuado uso de las tijeras. Si quieres saber algo sobre su historia, clica en la foto.
La Tijera Profesional puede que sea el arma de trabajo más importante de todas las que se manejan en el taller, un buen funcionamiento y conservarla en perfecto estado, evita que demos “pedaladas” de más con el consiguiente descanso para nuestros tendones. Son muchas las veces que abrimos y cerramos las manos con el artilugio en cuestión y muchos los materiales, de distinta madre, que seccionan, separan, cortan o biselan según el impulso o grado de inclinación que proceda en cada caso. Pero hagas lo que hagas, lo haces infinidad de veces haciéndolo un movimiento “estresatendones” que crece a razón del segundero.
Es de vital importancia, si tienes en cuenta lo antes mencionado, que se mantengan en plena forma, es decir, una gota de aceite de vez en cuando en el tornillo para que no cueste trabajo el hecho de abrirlas, evitar las caídas y/o golpes en lo posible ya que pueden deformarse lo suficiente para que el ángulo de corte no sea el óptimo, más importante (dentro de los infortunios), es que no se esmorren de punta, que ésta es de vital importancia para un corte perfecto y preciso, para esto último habrá que dejarlas en manos de expertos cuchilleros para repasar el filo cuando sea necesario.
Importante: ¡No vale cualquiera para el afilado!
Siguiendo con las recomendaciones, tendremos en cuenta los materiales que pasemos por su filo, hay telas (de las que ya hablaré cuando toque) y materiales que deterioran el filo más que otros por lo que se suele tener un par de tijeras, una para corte basto y la más nueva o mejor, para los exquisitos cortes de la tela vista.
Como en casi todo lo terrenal, siempre puedes elegir entre varias formas, tamaños, colores y marcas. Yo, desde mis nada angostos recuerdos de aprendiz, sólo recuerdo las mismas:
- Las primeras que tuve y que me acompañaron los ocho años que estuve en mi primer puesto de trabajo.
- Las que adquirí para mis trabajos extra laborales, que todavía conservo en perfecto estado y que me costaron unas cinco mil quinientas pesetas de hace veinticinco años y que sólo han necesitado dos repasos del filo después de haber cortado carros y carretas. Os las presento en rigurosa primicia mundial:
- Y las que llevan conmigo los últimos quince años en la empresa en la que ejercito a diario.
A lo largo de mi ardua experiencia laboral, he visto pasar por manos ajenas otras marcas con mecanismos de muelle para ajustar el tornillo, con mangos de materiales anti ácaros o pintura antialérgica, aleaciones de criptonita con baño de titanio deshidratado y un sinfín de cosas que nada tienen que ver para el buen funcionamiento de la que nos ocupa, bueno, pues todas ellas han acabado desechadas por los compañeros debido a su poca durabilidad, estabilidad emocional o simplemente porque no valían pa’ cascala.
Como irrelevante opinión personal, hago constar a las que considero las mejores tijeras del mercado en todas sus formas y para cualquier uso que queráis darles. La elaboración y las características de las tijeras Tres Claveles.
Bueno, también me siento en la obligación de comentar la existencia de artilugios catalogados como tijeras de tapicero pero que entrañan un peligro añadido. No muy a menudo, podemos acercar tanto los cortes a las telas que sujetamos, que sin querer nos pellizcamos la yema del dedo con la afilada punta de la tijera propinándonos un corte en forma de uve que nos incomodará unos días. Con este arma que conocí hace poco, este inconveniente desafortunado se puede convertir en una pérdida digital ya que la presión ejercida por la neumática, no conoce ni padece. Además, el engorro de dos mangueras de muelle pululando por el puesto de trabajo, puede hacerse un poco lioso tirando a lioso del todo. Aunque éstas de la foto, seguramente, debieran constar como tijeras de cortador y no de tapicero, que ni somos ni hacemos lo mismo en el organigrama de la empresa, aunque podamos.
Ante todo perdonad por la brasa, pero ya se sabe el dicho de que “…no hay nada más peligroso que un tonto con un lapicero” y en este caso cambiemos el lápiz por un teclado y lo mezclemos con nada que hacer.
Un saludo.
Aparte de aprender he pasado un rato muy divertido. Un saludo.
ResponderEliminarHola Mamen.
ResponderEliminarMe alegro de que hayas aprendido algo sobre la tijera del tapicero y más aún que te hayas divertido, es alentador ;)
Gracias por tus palabras y pásate cuando y cuanto quieras.
Un saludo.
el enlace de la tijera se callo!! necesito la info!
ResponderEliminarHola Anónimo.
EliminarHe comprobado los enlaces y me han funcionado los dos, seguramente fuera algo temporal de alguna de las páginas.
Gracias por avisar ;)
Un saludo.