Hola.
Escaso de recursos y canso de sesera, busco inspiración y fíjate tú que no la hallo. Pero indagando entre imágenes, he dado con un relato que me ha puesto la carne de gallina: Retrato de un viejo Ebanista.
Bueno, ahí lo dejo, un Carpintero desde el genoma, que pedalea en sus ratos libres y que se autoproclama como “un ser humano con oficio”. Una exposición al mundo de lo que hay detrás de la viruta y el serrín.
Un saludo.
Me alebgra que el relato te pusiese la piel de gallina, Tapestry..., es curioso como esas historias que me contaba mi padre no me interesaban de mas joven..., pero ahora, con cuarenta y tantos, las encuentro como un legado que no hay que olvidar.
ResponderEliminarUn abrazo Tapestry y sigamos con nuestros oficios, trabajando y disfrutando..., pero sin dejar de vivir.
Hola Bicipalo.
ResponderEliminarQué razón tienes, esas vivencias que mentas son la base de los que nos enseñaron, así que algo nos toca seguro. Además, cuanto más creces más te acuerdas y añoras... curiosa vida esta.
Y otra vez estamos de acuerdo en que hay que trabajar para vivir y no vivir para trabajar, que la diferencia pasa factura.
Un saludo y hasta pronto.