Andaba yo divagando sobre lo que la patronal anda pertrechando para nuestro próximo encuentro cordial y es que algo se cocina y no tardando mucho nos estallará en las narices, es por eso que me vino a la mente que para dicho encuentro, que bien se le podría adjudicar la cualidad de un empentón pélvico, lo suyo sería tirar de preservativo no vaya a ser de los contagios o algo. Bueno, pues tras la idea del profiláctico me surgió el sinónimo por antonomasia: La Goma. Tras estas cábalas sin parangón, vi la luz tras el oscurantismo neuronal en el que me hallo y deduje para mis adentros que era el momento idóneo para hablar de eso, de La Goma… en la tapicería, y no hablo de echar un “rascatrisqui” en el sofá, aunque ya toca ;)
El Poliuretano, que a partir de ya lo llamaré goma o gomaespuma, es un polímero que se obtiene mediante condensación de di-bases hidroxílicas combinadas con diisocianatos… vamos, que es un invento del “cagalse”. Su introducción en la tapicería supuso el principio de la decadencia del crin vegetal o “cerda”, que junto a la guata negra o la fibra Cardys eran los que se encargaban de dar apariencia esponjosa o mullido a los asientos, brazos y respaldos.
Dependiendo de la utilidad que vayamos a darle se deben usar distintas densidades o consistencias, ya que no usaremos la misma si la empleamos para un bloque de asiento o para un almohadón de respaldo. Para facilitar su elaboración, a cada densidad, que se mide calculando los kilogramos que soporta por centímetro cuadrado, se le asigna un color que varía según fabricante, de ahí que la goma sea de colorines, aunque en los proveedores nacionales no se diferencian en demasía. Hay una larga lista de densidades, pero haré mención de las que más gastamos en el taller del tapicero y en dureza y precio ascendente:
Desde la densidad 20, 25, 30, hasta la 35, pasando por suaves y supersuaves de cada una de ellas y duras y superduras en las más consistentes y desde hace no mucho la visco elástica, que a mi parecer es un descubrimiento de índole estratosférica, casi tanto como El E.P.B.. Yo duermo encima de una plancha por gentileza de mi Amigo José Ángel (Valenciano de cuna, Aragonés de corazón y fabricante de gomaespuma) y tengo que decir que es de lo mejorcico en confort, que implantado en el mundo del tapizado proporciona un sinfín de acabados, ya sea en plancha, picada o como complemento en los bloques de goma, siendo ésta la manera más económica de disfrutar de un tacto “golosón” en nuestro nalgatorio.
Hasta ahora, lo que hemos comentado suele pedirse a la carta o bajo pedido para cada modelo, que como ya se sabe, es particular y cuando llueve se moja como los demás. También trabajamos con estándares en cuanto a grosores y densidades, las que enumero a continuación tienen la misma (D-20), que es la más normalita y de color blanco para más información:
- Con un grueso de cinco centímetros y midiendo dos metros de largo por uno de ancho, está la plancha de cinco…
- Otra plancha común es la de tres centímetros que tiene las mismas medidas de largo y ancho, por razones de producción pueden pedirse las planchas de la goma que se desee en cuanto a densidades y grosores.
- En mi tierno aprendizaje, lo que más se utilizaba era la goma de dos centímetros que venía preparada en rollos, y que al pasar de los años fue sustituida por la de un centímetro y medio, conocida coloquialmente como “la de uno y medio”, ésta es la que más uso y aplicaciones tiene.
- También en rollo de 1’40 metros de ancho viene dispuesta la de medio centímetro, que es utilizada para las terminaciones: Dícese de los ladillos y contras de sofás y sillones.
Es tal la cantidad de calidades y cualidades que se haría larguísimo de explicar en su totalidad, además, yo sólo le doy forma y de conocimientos… como que voy escueto.
Bueno, esto es todo lo que puedo aportar en cuanto a la gomaespuma y como diría un compañero de trabajo:
- “… para ser de pueblo, ya está bien”.
Un saludo.
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