Quiero tratar un tema que debería ser prioritario de ejecución, tanto en nuestro oficio como en el resto de mundanales circunstancias: El mantenimiento sostenible y no me refiero al equilibrio constante de un individuo aunque lo parezca, hablo de la salvaguarda del ecosistema y el papel que desempeña el oficio que nos ocupa.
El Reciclaje, ese gran desconocido.
De siempre me ha preocupado e interesado este tema y la dejadez con la que nos tomamos los problemas comunes, tanto es así, que me he aprendido el código de colores que utilizan los contenedores casi por completo, ya que si fuera completo del todo, existiría (por ejemplo) un cubo de basura grande de color ámbar para los retales de tela, otro púrpura para los retales de goma, fucsia para la guata y marrón para los vasos de la máquina del café, pero no nos engañemos, igualmente, los camiones serían descargados en la fosa común que es el vertedero municipal y santas pascuas, o eso por lo menos es lo que cuentan las leyendas urbanas que abogan en contra del reciclaje unipersonal VS puestos de trabajo excusados de las plantas de reciclaje extintas.
Como Delegado de Prevención y Medio Ambiente estoy al corriente, como la empresa en la que proceso materias primas y no tan primas, del tratado de residuos y las medidas a desempeñar, que son cuantiosas, así que me cerniré en el taller de Tapicería propiamente dicho, aparcando para otra ocasión el reciclado en las secciones de esqueletaje y barnizado, más que nada por no hacer esto interminable/insufrible del cagarse ;)
La Gloria, La “Torta” y La “Retalina”.
Dicho así parece que mencione a unas muchachas del pueblo apodadas a mala virgen, pero no es el caso. Lo cierto es que me refiero a los materiales de desecho omnipresentes en cualquier taller de mueble tapizado… y ya puestos como que procede que me explaye en el tema:
- “La Gloria” es lo que fuera de un taller se denomina basura. Es el conjunto de retales de guata, la sintética y la ya retirada del mercado guata negra que venía preparada en pacas de mantos, ésta última proveniente de los retales de tela acuchillados hasta la saciedad para acabar formando lo que fuera el antecesor de la goma espuma. Bueno, guatas, sobrantes de burletes, los nudos de crin vegetal desechados por ser inapropiados para los guarnecidos (también extintos), los sobrantes del despiece de los rollos de telas y demás minucias, hacían de la gloria un material imprescindible para rellenos bastos de asientos fijos, interiores de los brazos, que debidamente cinchados y forrados de arpillera quedaban preparados para el posterior engomado y tapizado.
- “La Torta”, otro sobrante digno de mención, esta vez proveniente de las restauraciones añejas. Está compuesto de crin vegetal o animal, que hace las veces de relleno fino, cubierto de una capa más o menos gruesa de guata negra que proveía el tacto suave bajo la tela. Al desclavar cualquier sillón o butaca de estilo, bajo la tela asomaba cual torta (de las de untar) esta simbiosis de materiales que perfectamente podía ser reutilizado de nuevo, ya que guarda su forma original, ahorrando tiempo y costes de material, todo ello con resultados óptimos.
- “La Retalina”, éste es un término genérico para todo tipo de trozos o retazos de lo que sea. Hace mucho, mucho tiempo, había una serie de seres denominados aprendices que, entre otras tantas faenas dignas de elogio, separaban la gloria de la “retalina” de goma espuma y así procurarles un mejor aprovechamiento. En el caso de la goma, los trozos o bien se almacenaban debidamente para su posterior recogida por parte del suministrador, que la troceaba para relleno de cojines junto a la pluma, o lo procesaban para la confección de planchas de prensado, que si has practicado artes marciales o ejercicios de suelo indoor, seguramente le llamarías Tatami.
Hoy en día ni quedan aprendices ni se separa la caca laboral para su reutilización inmediata como antaño. El picado de goma ha dejado paso a las fibras siliconadas de última generación, la guata negra a la sintética y cada vez son menos los sillones de estilo en circulación dejando “la torta” sumida en el olvido, probablemente tenga más referencias lingüísticas o éste sólo sea el nombre que mi maestro le puso en su día para que se rieran de uno en el futuro ;) , el caso es que tal como lo sé, lo cuento.
De momento, convendría que recordáramos un sabio proverbio indio que viene que ni pintado:
- "La Tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos."
No conocía el proverbio; tiene toda la razón.
ResponderEliminarPor cierto, un detalle gracioso el de la máquina de escribir.
Gracias por seguir al Cordero ;)
Hola danhellez.
ResponderEliminarSabia frase, si señor.
Por otro lado te agradezco barbaridad que me dediques un rato entre tanta obra de arte.
Gracias por tu visita... y espero que no sea la última ;)
Un saludo.
Gracias a tí ;)
ResponderEliminarUn saludo desde los dominios oscuros de Castellón.
Hola! Muchas gracias por seguirme. Lo estoy pasando genial paseando por tu blog. Trabajas de maravilla y como voy a ser la alumna oficial del curso de tapicería de Gusilina me va a venir muy bien aprender de tu experiencia. Un abrazo grande
ResponderEliminarHola Bego.
ResponderEliminarEs un placer tenerte por el taller ;) .Me alegro de que te guste el blog y, más si cabe, que te guste mi trabajo... no se lo dicen a uno muy a menudo.
En cuanto a lo de aprender de mi experiencia, será un placer ayudarte en lo que se tercie, que para eso estamos.
Ya verás lo entretenido que resulta y lo que se goza cuando ves la obra terminada, debe ser lo mismito que se siente al restaurar una máquina de coser ;)
Gracias por dedicarme un peu de temps y vuelve cuando quieras.
Un saludo.
Hola, muchas gracias por pasarte por mi blog. Me alegra que te guste como ha quedado la mesilla de noche....trabajo que me ha dado, jajaja.
ResponderEliminarMe gusta mucho tu blog y la verdad espero encontrar inspiración y ayuda para una descalzadora que estoy restaurando y que después he de tapizar....aunque ya he tapizado alguna silla con un resultado bastante optimo este reto es nuevo para mí así que posiblemente necesite de tus sabios consejos para obtener un resultado aceptable.
Te sigo atentamente.
Un abrazo
Patri
Hola Patri.
ResponderEliminarSe nota que lleva faena y manos de lija pero el resultado es lo que vale como compensación al esfuerzo.
Estaré atento a la descalzadora, seguramente la bordes, pero si necesitas lo que sea, aquí me tienes para lo que pueda ;)
Gracias por tu atención.
Un saludo.
Gloria, torta,retalina y aprendices, me encanta que los denomines "seres" cuyo futuro era convertirse en oficiales, futuro inexistente hoy por hoy.
ResponderEliminarSiempre me sorprende que se nos venda el reciclaje como lo ultimisimo..., cuando como bien nos cuentas, era algo que de siempre se hacia, tanto en tu oficio, como en el mio y como en la vida cotidiana. Recuerdo cuando me enviaban al bar a devolver los "cascos", algo que nunca comprendia, si eran botellas porque se les llamaba cascos..., el caso es que siempre te devolvian algunos duros.
Un abrazo Tapestry.
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ResponderEliminar... "los cascos", ese alijo anclado en el ostracismo del que ya nada se sabe. Seguimos siendo nosotros, los consumidores, los que nos encargamos de su recuperación, pero sin remuneración... como ha cambiado el cuento, eh?.
ResponderEliminarCreo que antes se reciclaba, ya fuera por necesidad, de forma natural, era una rueda que no necesitaba de pancartas publicitarias y venía con el genoma y que crecimos sin contenedores de colores porque no hacían falta, que no había envase para tanto cubo gigante y existían unos puestos de trabajo (tan específicos como desaparecidos) encargados de separar residuos en las plantas de reciclaje.
En fin, seguiremos haciendo lo que buenamente podamos.
Un saludo bicipalo.